Hace unas semanas tuve la suerte de participar como facilitador en un taller interactivo del MozFest. Fue una experiencia nueva y muy enriquecedora que me permitió sacar algunos aprendizajes.
Pero antes, un poco de contexto. 😉
¿Qué es el MozFest?
Este es el nombre coloquial por el que se conoce al festival de Mozilla.
Fiel a los principios que hay detrás de la fundación de Mozilla, se trata de un evento abierto sobre arte, tecnología, web abierta, privacidad, sostenibilidad digital y muchos otros temas relacionados.
Yo había atendido a un par de ediciones anteriores como asistente y tenía muy buen recuerdo de varias sesiones y talleres a los que había atendido.
¿Sobre qué iba mi (nuestro) taller?
El taller tenía como título «El donut digital: una aproximación para explorar el impacto de la tecnología en la sostenibilidad global».
La propuesta del mismo era usar el modelo de la «economía rosquilla» (basado en el libro de Kate Raworth) para abordar los problemas y limitaciones del mundo digital actual.
De hecho, era una adaptación del taller que realizaron Hannah Smith y Alistair Alexander, al que yo asistí como participante.
Imagínate si me impactó positivamente, que unos meses después estaba facilitando un taller similar en el MozFest. 🙂
Los aprendizajes
Estos son los aprendizajes que extraje después de impartir el taller.
1. Cuanto más sencillo, mejor
Uno de los retos que teníamos Alistair y yo (los dos facilitadores) era convertir el workshop que mencionaba antes, de unas 3 horas, en un taller de 90 minutos. Es decir, teníamos que reducirlo a la mitad de tiempo. :O
Por suerte, ambos estuvimos de acuerdo en esto desde el inicio. En lugar de comprimir el mismo contenido en menos tiempo, simplificamos tanto el contenido como la estructura del taller.
Como puedes imaginar, esto es más sencillo de decir que de hacer, por eso invertimos la mayor parte de nuestro tiempo en este objetivo.
Sin entrar en demasiado detalle, recortamos la parte teórica de la introducción, simplificamos el «donut» y el formato de discusión de soluciones.
También delimitamos el tiempo de cada parte y lo mencionamos al inicio del taller. Esta fue la estructura final:
- Introducción 20′
- Trabajo conjunto (Miro) 50′
- Anotar los problemas
- Enmarcar las posibles soluciones de acuerdo a la economía rosquilla
- Separarse en grupos
- Anotar las soluciones
- Recapitulación y conclusiones 20′
2. Los grupos pequeños invitan a la participación
La primera parte del taller la realizamos todos juntos, pero una vez ya habíamos identificado los principales problemas de mundo digital actual (a ojos de los participantes), nos dividimos en dos grupos más pequeños para discutir las posibles soluciones.
Creo que este formato de brainstorming funciona mucho mejor en grupos pequeños ya que los participantes se sienten más cómodos para compartir sus ideas.
En el caso de nuestro taller, los dos grupos, de 5 personas cada uno, tuvieron participación de todos los asistentes.
3. Limitaciones del formato digital
Para el taller online utilizamos una sala de Zoom (facilitada por el MozFest), una presentación de diapositivas para la introducción y una pizarra de Miro donde interaccionaban los asistentes.
Miro es una herramienta online muy versátil ya que te permite tener una pizarra digital infinita donde puedes añadir cualquier cosa (desde textos, tablas o flechas, a gráficos más elaborados). Es una de las mejores opciones para que varios participantes puedan interacciones al mismo tiempo.
Dicho esto, cogerle el truco puede llevar su tiempo. Y, además, el rendimiento de la herramienta depende de muchos factores (navegador, ordenador, conexión…) del participante.
En nuestro caso, una persona tuvo problemas para visualizarlo y lo solucionamos compartiendo la pantalla en Zoom para que pudiera ver lo que ocurría en Miro.
La ventaja del formato digital es que reduce mucho la barrera de participación, especialmente a nivel económico y geográfico. Pero no debemos olvidarnos de que la parte técnica también puede tener sus limitaciones.
Por eso merece la pena simplificar lo máximo posible y tener un plan B por si algún participante se encuentra con problemas.
4. Abraza la incertidumbre
Este punto está íntimamente relacionado con el aprendizaje anterior.
En un taller interactivo como este no solo no puedes prever todos los problemas técnicos que ocurrirán, sino que tampoco puedes saber cuántas personas vendrán ni que perfil tendrán.
El único dato previo que teníamos antes de impartir nuestro taller es que 85 personas lo habían añadido a su calendario del evento (es decir, tenían interés o intención de venir). Desde la organización del MozFest nos dijeron que alrededor de un 25% de las personas terminaban acudiendo al taller.
Eso hubiera supuesto unas 20 personas, pero finalmente vinieron 10.
Después de finalizar el taller, tanto Alastair y como yo celebramos que el número de asistentes no hubiera sido mucho mayor, porque nos hubiera costado gestionar tanta información en tan poco tiempo (nuestros 10 asistentes fueron MUY activos).
En cualquier caso, estoy convencido de que si hubieran venido más personas hubiéramos sobrevivido y nos hubiéramos alegrado igualmente. Sobre todo, porque es una alegría ver que hay más gente interesada en sostenibilidad digital y con ganas de contribuir al cambio.
Resumiendo, en este tipo de talleres interactivos siempre va a haber mucha incertidumbre, así que, en lugar de «pelearte» con ella, te invito a que la abraces. 😉
Conclusión
La próxima vez que imparta un taller similar, comenzaré a prepararlo con estos 4 puntos en la primera hoja de ruta:
- Simplifica
- Haz grupos pequeños
- Piensa en un plan B a nivel técnico
- Pase lo que pase, disfruta
Y tú, ¿qué añadirías a esta lista según tu experiencia?
Por cierto, si quieres leer la versión en inglés de este artículo, puedes hacerlo desde el blog de The Green Web Fundation. 😊
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